Elhilar

Conforme el otoña avanza, la temperatura va bajando cada vez más, el aire se siente más frio, el sol más bajo y los días cada vez se hacen más cortos. Es en esta época que empezamos a notar en la naturaleza el proceso de atenuación gradual de la luminosidad y esto nos lleva a la necesidad de compartir nuestra luz interna, (simbolizada en los faroles), con todos los que nos rodean. Al compartir la luz de nuestro farol podemos ver claramente como no la perdemos nosotros, y más importante aún que logramos ir acrecentando la iluminación y calidez que esta brinda cada vez que encendemos el farol de alguien más.   Por esta razón, la Fiesta de los Faroles está relacionada con el valor de COMPARTIR, dar a los demás y apreciar todo lo que recibimos cuando lo hacemos.   La celebración de faroles nació, como varias celebraciones, de la combinación de fiestas paganas con celebraciones Cristianas, y en este caso se festeja a San Martin. La leyenda cuenta que un joven soldado Romano encontró a un mendigo sentado en el piso pasando mucho frio y al verlo, bajó  de su caballo, rasgó su capa en dos y le dio la mitad para que se cubriera con ella. Se dice que esa noche soñó que Cristo se le aparecía diciéndole que ese pobre mendigo a quien había ayudado era él. Tiempo después San Martín dejó el ejército y se dedicó a la Iglesia. Era tan querido y admirado por la comunidad que le pidieron fuera obispo, sin embargo, San Martín no sentía que debiera tomar esta responsabilidad por lo que declinó la propuesta. Como continuaban presionándolo para que aceptara, una noche se fue a esconder al bosque para que no pudieran encontrarlo. Al no encontrarlo, toda la comunidad de adentró en el bosque, alumbrándose con faroles para poder encontrarlo en la obscuridad. Al ver este espectáculo de luces buscándolo, San Martín se dio cuenta que debía convertirse en Obispo para ayudar a esta comunidad que tanto le daba.   Esta celebración se festeja de diferentes formas en diferentes partes del mundo. En algunos países por ejemplo los niños salen con sus faroles y cantan canciones típicas de la festividad en las puertas de sus vecinos los cuales los recompensan con dulces; en otros lugares cocinan pan con pasas en forma “pretzel” (bretzel), o de la espada de San Martin y la comen en familia; en otros se hacen hogueras gigantes en la cuales se reúnen los vecinos y comparten una velada sentados junto al calor comiendo comida que cada quien lleva para compartir;  y en otros se celebra una misa en la mañana o se hacen representaciones de teatro recordando la historia de San Martín.   Nosotros en Elhilar, preparamos faroles con los niños usando diferentes materiales mientras cantamos las canciones alusivas a la festividad que hablan de compartir nuestra luz. El día de Faroles, nos juntamos toda la comunidad al anochecer para ver la presentación del cuento de la niña del farol, y una vez que todos prendemos nuestros faroles, nos pasando la luz unos a otros, y realizaremos una caminata para terminar compartiendo una deliciosa comida y una rica convivencia.  

… y así, hilamos al compartir en comunidad.

    Por: Luciana García y Diana Sánchez