Elhilar

Todos hemos notado los días más fríos, el invierno se acerca y podemos observar que la naturaleza se está preparando para ir a dormir, guardarse y recargar fuerzas al llegar la primavera.   Lo mismo pasará con nosotros, los días que vienen nos preparan para estar en casa, para tener un ritmo más lento, pasar menos tiempo fuera y encontrarnos en mayor medida con nosotros mismos, es tiempo de aprovechar lo que hemos hecho durante este año y prepararnos para el siguiente.   Una de las celebraciones que marcan este inicio, es la espiral de adviento; donde todos los miembros de la comunidad, nos reuniremos para brindar luz al camino de los demás y de nuestras propias familias. La espiral de adviento consiste en un trayecto en forma de caracol hecho con hojas de pino perenne, las cuales representan, tanto el mundo vegetal como la vida, mientras recorremos este caminito, tomaremos manzanas con velas, que encenderemos con una gran vela al centro; el rojo de las frutas son una imagen representativa de la voluntad, la flama de la vela representa la luz interna individual, la cual, a su vez se enciende con la luz de todos los demás; la luz que tenemos para compartir. La vela encendida se coloca en el camino de regreso, iluminando, de forma simbólica y real a todos los demás; en su lugar, tomamos una Estrella para llevar con nosotros la luz que acabamos de compartir.   En este camino, encontraremos también, conchas marinas y piedras que representan el mundo animal y mineral, el trayecto se hace en silencio con sonidos armoniosos en el ambiente para lograr encontrarnos más con nuestro interior.   Se recomienda, al salir, tener un resto de la tarde y noche tranquilas, de reflexión y en contacto con la familia y aprovechar este día lleno de imágenes y de símbolos de generosidad y calma para evitar que estas fechas se conviertan en motivo de consumismo y en contraste, sean días de unión, reflexión y tranquilidad.   Por: Daniela Ocaranza maestra de Elhilar