La relación entre hermanos siempre es complicada, esto es natural y normal; se molestan constantemente: “ya me molestó, ya me tocó, ¡me pegó!, etc.” Las crías de seres humanos necesitan vivirlo, es un proceso para aprender límites; pero, ¿Cómo ayudarlos? Les podemos dar herramientas para resolver sus conflictos o minimizarlos. Como papás estamos arriba en la jerarquía, nos corresponde poner orden y hacemos lo mejor que podemos con nuestra experiencia, sabiduría y madurez. Los niños, en la jerarquía, están abajo por su inmadurez, y con nuestra conciencia podemos ayudarles a negociar mejor, y cuando hay celos y envidia ayudarlos a entender y a ordenar esas emociones.
La relación entre hermanos está llena de filias y fobias (los queremos mucho, pero nos provoca roces), y en ese proceso aprenden mucho: aprenden lo que son las relaciones horizontales, a adaptarse, a compartir, a pelear, a jugar, a platicar, a poner límites, a golpear, a ser compañeros, a ser confidentes, a resolver conflictos, a ser cómplices, etc. El aprendizaje entre hermanos es en vivo y en directo, los hijos únicos también lo aprenden con primos y amigos.
“La envidia y los celos son emociones naturales, muy grandes en cuerpos muy pequeños, necesitamos aprender a verlos con el corazón abierto”. ¿Recuerdas cuando has sentido celos? Son fuertísimos, te sacan de la realidad, te sientes no valioso, tienen una energía muy fuerte. Como adultos lo sabemos, por eso es muy importante enseñarles a manejar todas sus emociones a los niños.
¿Cuál es nuestra función como padres?
- Ser el sheriff en el pueblo: Necesitamos tener los ojos y oídos bien atentos, estar muy presentes y vigilantes, poner mucha atención en CÓMO EMPIEZA, porque muchas veces regañamos al que pegó y siempre volteamos con el agresor activo porque es muy obvio, aunque la agresión pasiva, que es igualmente agresiva, es menos obvia. Las emociones no resueltas como los celos y la envidia se manifiestan en forma de agresión activa o pasiva. Lo que es difícil de ver es la agresión pasiva, ¿Cómo confrontar la agresión pasiva? La respuesta es ¡Revelándola! Podemos decirle al niño: “eso que estás haciendo es agresión, no se vale.”. El niño agredido siente que hay justicia cuando se revela. También los padres establecen un orden, así como los líderes de la manada tienen privilegios, también tienen responsabilidades, no tengamos miedo de establecer jerarquías, tienen edades diferentes y/o son personas diferentes, no es lo mismo el mayor, el de en medio y el pequeño, todos son distintos, y por esas diferencias tienen distintos derechos y responsabilidades, así ellos entienden que las cosas no son porque sí, sino porque esto es lo que corresponde.
- Ser intérprete traductor: Nos toca revelar las intenciones del otro, ya que muchas veces no son ganas de molestar. Algunos ejemplos para entender esta función serían: mi hermana pequeña toma mi ropa =“tu hermana quisiera ser como tú, ella se quisiera parecer a ti”, el hermano le quita una crayola =“te admira y quiere estar contigo pero no sabe cómo acercarse”.
Nuestro trabajo como
intérprete traductor es enseñarles a identificar y comunicar sus necesidades y sentimientos: los niños sienten y se expresan, entre otras, en forma de berrinche. Hay que permitir que el berrinche suceda porque saca la emoción. Cuando baja este volcán en erupción y el berrinche baja, llega la tristeza y las lágrimas, ahí es donde podemos entrar a ayudarlos a interpretar lo que sienten y hacer algo con esa emoción.
Los niños requieren de nuestra empatía, los dos bandos, HAY DOS SERES QUE ESTÁN SUFRIENDO, ahí están los celos y la rivalidad. Como intérpretes, describimos lo que vemos que pasa desde un lugar NEUTRO = “veo dos niños que no se están poniendo de acuerdo para jugar”, los podemos ayudar a expresarse, y los podemos ayudar a resolver y a reconocer sus emociones y darles espacio para que puedan resolver.
- Ser guía: Mostrarles el camino y predicando con el ejemplo, si soy mejor puedo transmitir lo que es mío, al negociar de una mejor manera voy creciendo y así crecemos juntos.
Herramientas básicas en la negociación.
¿Qué hacer cuando hay un conflicto entre hermanos? Aquí algunas ideas:
Pueden intercambiar, tomar turnos, tomar turnos con compensación (tú vas primero y yo después, pero tengo 15 minutos más), dividir en partes iguales (uno divide y el otro escoge), hacer volados, trabajar en equipo (no confrontar con la competencia ), crear nuevas reglas y poner los acuerdos por escrito (aunque no garantizamos que se van a cumplir, pero ponemos la consecuencia y esto les da a los niños un asunto de legalidad, muy importante es hacerlas visibles y por escrito).
Nos basamos:
1.
En las reglas de la familia; es muy útil escribirlas en ORACIONES como por ejemplo “nos respetamos los unos a los otros”, “hablamos y lo trabajamos”. Las peleas son una gran herramienta para retomar nuestras reglas y valores de familia.
2.
Soluciones en las que todos ganamos y así tratar de integrar los paradigmas, por ejemplo: “si hay, tú le prestas y él te presta, entre más des, más recibes”.
3. Es muy valioso sentarnos en pareja y escribir juntos los
valores fundamentales que deseamos transmitirles y ponerlos a la vista.
Trabajo de los padres:
Educación emocional y desplazamiento, esto es, trabajar en mi y poder verlo y darme cuenta de mi sentir, por ejemplo: siento envidia, es sólo envidia, es sólo una emoción y las emociones pasan. Tener la capacidad de traspasarlo de la sensación de carencia a la inspiración y darme cuenta que lo puedo cultivar en mi.
Toda emoción tiene una cara oscura y una vibración positiva (ejemplo: envidia/inspiración), no hay emociones buenas ni malas solo se trata de cómo las manejamos, hay una gran diferencia en decirle al niño “qué envidioso, qué horror” dándole una connotación mala a la emoción, a querer y permitir entrar en esa emoción y descubrir que hay adentro.
- Drenar celos, berrinches y explosiones. El origen del conflicto de los celos es la rivalidad por el amor de mamá. Lo que necesitamos hacer es sacar los celos, solo así se desvanecen, si se quedan dentro se van pudriendo.
Como papás nos ANGUSTIA oír que nuestros hijos hablen mal de sus hermanos y lo que hacemos es callarlos, pero lo que hay que hacer es que expresen los celos para drenarlos y no tener miedo de lo que dicen, son solo emociones y las emociones pasan. La condición para drenar los celos, es que tiene que ser en privado: entre mamá e hijo, sin nadie más presente, lo llevamos a otro espacio y que el hermano no oiga. Al niño enojado que es un volcán en erupción dejarlo que hable, aunque diga las peores cosas, nosotros aguantando, que diga todo lo que se le pegue la gana, así, tal cual, que sientan nuestro corazón empático, le podemos decir: “Es bien difícil tener hermanos ….si te entiendo”, mientras lo saca.
Cuando el niño empieza a hablar de “tú siempre me regañas, siempre lo defiendes… acusando a la mamá…” Bingo! En estas palabras está el corazón de los celos, la razón de fondo. Y que lo digan, tenga razón o no, hace que se está limpiando y liberando; no defendemos ni prometemos nada en ese momento, podemos contestar “que bueno que me estás diciendo esto, me da mucho gusto que me lo puedas decir, gracias por contármelo ”, solo necesita sentirse comprendido, y al final apapacharlo.
Algunos niños explotan y otros “implotan”, se encierran en ellos mismos, no quieren hablar, pero es muy importante que lo expresen, con estos niños hay que ser más paciente y esperarlos hasta que hablen, hasta provocar el espacio para que se expresen, repetirles varias veces que hablar de esto es muy importante, sostener el espacio hasta que revienten, dedicándole TODO el tiempo necesario. Un ejemplo de cómo acercarnos es el siguiente: “necesitamos hablar de lo que está pasando, que sientes, que pasa adentro de ti, te quiero tanto que nada se va a interponer”.
Todas las emociones son neutras, ni buenas ni malas, pero siempre se necesita el espacio para vaciarlas, si no fluyen, se estancan y se pudren.
- Evitar la comparación y disolver la competencia. Evitar contrapuntearlos con comentarios en que resaltamos a uno o criticamos a otro. Entender que cada uno es diferente y que tenemos derecho de tratarlos diferente. Darle a cada uno lo que necesita, sin la energía de culpa en nosotros de que no es lo mismo que al otro, así el niño se siente visto en quien es.
- Reparar daños. No son niños malos, son niños que están sufriendo porque tienen todas estas emociones dentro, vivimos en una sociedad que vive con culpa, el remordimiento es algo bueno si lo llevamos a la acción, canalizar esta energía, enseñarlos a qué cuando nos equivocamos, reparamos. (un dibujo, un brownie, dar al otro algo que sabemos le gusta, etc.)
- Tiempos por separado. El niño necesita ser visto por separado y podríamos practicar el cambiar “que orgullosa estoy de ti” por “seguro te sientes muy bien de…” nuestra tarea como papás es desarrollar la conciencia de nuestros hijos.
- Enseñar a compartir y crear un buen vínculo. Poner atención en cómo les enseñamos el cuidado por las cosas de todos, las cosas de la casa y sus cosas personales. Crear un buen vínculo entre los hermanos, reforzarles los buenos momentos, -“que divertido es jugar con tus hermanos verdad?”-, esto siempre y cuando sea un momento en que la están pasando bien y sea verdad, y evitar decirlo en los malos momentos porque están dentro de la emoción y no los pueden integrar. Algunos ejemplos que ayudan a integrar a la hermandad son: un álbum de hermanos, un “día de los hermanos”, agradecerle algo al hermano, etc.
Recordarles que somos únicos e irrepetibles, pero también que son, somos, uno más en este gran universo, que en este mundo hay mejores y peores y que lo más importante es disfrutar del proceso, y nosotros vivir como padres unificados, centrados y sin culpa.
Por: Aba Villar mamá de Elhilar