Luego Andrés, nuestro arquitecto, empezó a explicarnos el proyecto:
…Maternal y preescolar tendrán su propio espacio acogido, con su jardín y su huerto, tendrán su propio “micromundo”, y por este camino harán su caminata diaria en el bosque…
…La escuela será como un pueblito, una aldea entre los árboles, y las secciones estarán naturalmente marcadas por estos árboles majestuosos…
…¡Por aquí pasará un puente que llegará hasta allá! Y los salones de primaria estarán elevados en lo alto así que los niños pasearán entre las copas de los árboles, y los salones de arte y música estarán allá abajo…
…Y aquí será la cafetería en la que los papás y mamás se puedan sentar a tomar algo y trabajar o convivir, con esta vista espectacular…
Llegamos a la parte baja del terreno en donde nos topamos con un río. La gente preguntaba, comentaba y se acercaba a ver los dibujos y planos que Andrés nos había preparado. Todos soñando en una escuela en medio del bosque, diferente a todo lo que siempre hemos visto, pero que hace todo el sentido del mundo.
Más adelante llegamos a una explanada rodeada de árboles por un lado y el río por el otro. Empezaron a salir los manteles de colores y las familias empezaron a sentarse y a compartir los alimentos que traían. Comimos, reímos, platicamos y disfrutamos el lugar.
Después de una deliciosa convivencia, Diana nos invitó a que juntos “hiláramos un telar”. Mamás, papás, niños y maestros tejimos diferentes estambres que nos representan a cada uno de nosotros y los fuimos hilando en el telar, viendo como todos juntos, con nuestras propias características, podemos hacer algo hermoso, único y ejemplar.
Y así, todos juntos, disfrutamos de una mañana deliciosa… y seguimos Hilando Comunidad.…
